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Capítulo 03.

Tres meses.

Jungkook cerró la puerta de la casa, recién había llegado de trabajar y estaba muy ansioso de ver a su omega. Hoy, su amado, cumplía tres meses de embarazo, y le tenía una sorpresa, por eso llegó un poco más tarde a casa.

El rubio estaba en la cocina haciendo pizza, lo cual era raro porque ya eran las seis de la tarde y usualmente esa era la hora de la merienda. Cuando escuchó el ruido de la puerta cerrarse y las llaves golpeando la mesita del teléfono, rápidamente salió de la cocina y fue hasta la entrada de la casa.

Al ver a su alfa, corrió hasta él y le dio un fuerte abrazo. Este, se tambaleó un poco pero luego abrazó a su omega contra su pecho para después sumergir su cabeza en el cuello de omega aspirando su dulce aroma.

—Te extrañé mucho, Kook —dijo el omega contra su pecho inhalando su fuerte aroma, para luego sacar su cabeza de ahí y levantarla para mirarlo. El alfa copió su acción, nada más que el levantó la cabeza del cuello de su omega. Ambos se miraban a los ojos con mucho amor y ternura.

Jungkook bajó las manos que sostenía a su omega del torso, hasta su cintura para agarrarlo de ahí y después posarlas en el vientre de Jimin. El omega alzó sus brazos y los enredó en el cuello del más alto.

—Yo también, Jim —respondió el alfa para dejarle un suave beso en los labios, después de eso, sintió olor a pizza—. ¿Estás haciendo pizza? —preguntó confuso mientras acariciaba con ternura la pancita de Jimin.

—Sip, estaba en el jardín y de repente quise comer pizza —contestó el omega con una sonrisa.

—Pero Jim, ¿sabes que hora es? Deberías estar merendando —dijo el alfa con una sonrisa.

—Ya sé, pero quería comer pizza —respondió para después ponerse de puntitas y dejar un pequeño beso en los labios del otro.

—¿Cómo han estado? —dijo para luego mirar hacia el vientre del omega.

—Bien, pero te extrañamos mucho —respondió para después hacer un lindo puchero con sus gruesos labios.

El alfa rió un poco.

✧✦✧

Después de eso, Jimin terminó de hacer su pizza y se fue a comer al sillón. Jungkook se sentó junto a él y pasó un brazo por los hombros del menor y con el otro brazo rodeó su pancita, mientras que veían la televisión. El omega le ofreció a Jungkook un poco pero este no tenía hambre, estaba nervioso por la sorpresa que le tenía a su omega.

Jimin se dio cuenta de eso.

—Kook, ¿estás bien? ¿Ocurrió algo? Te noto un tanto nervioso —indagó Jimin luego de terminar de comer su última porción de pizza para después girarse un poco y mirar a su alfa.

Jungkook también se giró un poco y miró a su omega.

—¿Nervioso? ¿Por qué lo preguntas? —respondió el pelinegro con una risa nerviosa.

—Vamos Kook, estamos enlazados, puedo sentirte —dijo con una sonrisa—. ¿Por qué estás nervioso?

—Okay, está bien, pero quédate aquí, te tengo algo —dicho esto se levantó del sillón y se fue hasta la habitación de ellos, donde había dejado lo que había comprado.

Jimin asintió con una sonrisa, su alfa era demasiado tierno.

El mayor no tardó tanto y entró a la sala con una sonrisa y una cajita en sus manos, la cual tenía detrás de su espalda.

El rubio miraba como su alfa se acercaba a él con las manos escondidas en su espalda y con una sonrisa la cual hacía que sus preciosos dientitos se mostraran.

Una vez que el mayor se sentó junto al otro, sacó sus manos de su espalda revelando una cajita color crema con un pequeño moño dorado.

—Hoy cumples tres meses de embarazo y quería darte un regalo, bueno, más bien para el cachorro —dijo para luego extenderle la cajita a Jimin.

El omega tenía una enorme sonrisa en su rostro. Agarró con sus manos la cajita y se dispuso a abrirla.

El alfa miraba con una sonrisa la escena.

Al omega se le empezaron a cristalizar los ojos un poco.

—Oh, Kook...

Eran unos pequeños zapatitos blancos.

Jimin agarró uno cuidadosamente y lo observó mientras detenía las lágrimas que amenazaban con salir.

—Son... Son preciosos —dijo finalmente después de observar los zapatitos para luego levantar la vista y ver a su alfa que lo miraba con una enorme sonrisa.

—¿Te gustó? —preguntó Jungkook.

—Me encantó —respondió con una enorme sonrisa la cual revelaba sus tiernas arruguitas a los costados de sus ojos—. Gracias, alfa.

Guardó los zapatitos en la cajita de vuelta y la dejó a un costado, para después lanzarse a los brazos de Jungkook.

El alfa lo abrazó fuerte.

—Te amo mucho, Kook —habló el omega.

—Y yo a ti, Jim —respondió, para luego bajar sus manos a la pancita de Jimin—. Y a ti también cachorrito.

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